Cuidado del capullo

Sigue estos prácticos consejos para mantener tu cama suave y encantadora como un sueño

Tras el ajetreo de los últimos meses, y con los objetivos y las presiones del 2024 haciéndose ya sentir, puede que estés fantaseando con retirarte a tu cama a echar una larga siesta invernal. Si es así, estás de suerte: los primeros meses del año suelen coincidir con las rebajas de ropa blanca, lo que significa que ahora es el momento de prestar a tu ropa de cama una atención muy merecida. Sigue estos sencillos consejos para convertir tu dormitorio en un refugio de descanso limpio y de dulce aroma.

 

Sábanas y fundas de almohada:

  • Comprueba la etiqueta. La mayoría de las sábanas se pueden lavar a máquina, pero comprueba la etiqueta de todos modos. Algunos tejidos delicados se lavan mejor en seco o a mano, y siempre es mejor prevenir que curar.
  • Elige el programa adecuado. Si sus sábanas se pueden lavar a máquina, lávelas en agua caliente, templada o fría según las indicaciones de la etiqueta, teniendo en cuenta que las temperaturas más altas son más eficaces para eliminar los gérmenes y los ácaros del polvo. Algunos modelos de lavadora tienen un programa específico para "ropa de cama"; de lo contrario, el programa "normal" suele ser adecuado para las sábanas. Si lavas tejidos delicados como la seda, elige el programa "delicado".
  • Añada detergente y suavizante. Cualquier detergente suave es adecuado para lavar las sábanas. Para mayor suavidad, sobre todo si tienes agua dura, no olvides añadir suavizante.
  • Secar completamente. Las sábanas deben secarse completamente antes de usarlas o guardarlas. Séquelas en secadora a baja temperatura hasta alcanzar el grado de secado óptimo. Alternativamente, si su casa está equipada con un tendedero exterior, y el tiempo es agradable, ¿por qué no secar sus sábanas (y toallas) al aire libre? Olerán muy bien, y tu presupuesto también se beneficiará.
  • Las sábanas y fundas de almohada deben limpiarse cada una o dos semanas, dependiendo de la estación del año y de si padece o no alergias.

 

Los pasos anteriores garantizarán que sus sábanas se mantengan en óptimas condiciones. Pero, ¿qué ocurre con los artículos de cama más delicados, como las almohadas y los edredones? También hay que cuidarlos. Sigue leyendo para saber cómo.

 

Almohadas y edredones:

  • Comprueba la etiqueta. Algunas almohadas y edredones pueden lavarse a máquina (siempre que la máquina sea lo bastante grande), pero otros no. Como las grandes dimensiones de los edredones dificultan el lavado a máquina, lo más sensato es lavarlos en seco.
  • Con cuidado. Si opta por el lavado a máquina, elija el ciclo delicado y un detergente suave.
  • Séquelas bien. No querrás que tu ropa de cama huela a moho, así que asegúrate de que las almohadas y los edredones estén secos al 100% antes de guardarlos o utilizarlos. Sécalos en la secadora a baja temperatura (con una pelota de tenis o dos para que queden lo más esponjosos posible) o cuélgalos en el exterior para que se sequen al aire libre.
  • Repita la operación (pero no con demasiada frecuencia). Un lavado excesivo puede dañar las almohadas y los edredones, así que lávelos con moderación. Las almohadas sólo deben lavarse una o dos veces al año; los edredones suelen estar protegidos por una funda, por lo que sólo hay que lavarlos una vez cada varios años.

 

Para más consejos sobre el cuidado de su ropa y sábanas favoritas, visite nuestra sección especial sobre tejidos.

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