Oh là là

Dale a tu lencería el cariño que se merece.

Probablemente estará de acuerdo en que, cuando se trata de ropa, la lencería ocupa un lugar especial. A lo largo de la historia, la lencería y la ropa interior han desempeñado diversas funciones, desde las más utilitarias, como el "sujetador" de estrofa preferido por los grecorromanos, hasta las más románticas, como los picardías de encaje que hizo famosos Marilyn Monroe. Hoy en día, la lencería se ha convertido en un auténtico artículo de moda, con colecciones de temporada que ofrecen texturas, formas, estilos y colores siempre cambiantes. Pero a pesar de sus múltiples facetas, la lencería siempre merece el máximo cuidado y atención, sobre todo cuando hay que lavarla.

 

Cómo mantener tu lencería bonita:

 

  • Lo primero es lo primero. Empieza siempre por leer la etiqueta de tu ropa interior. Puede contener instrucciones específicas a tener en cuenta.

 

  • Localiza las manchas. Inspecciona tu lencería en busca de manchas y, si es necesario, aplica un quitamanchas adecuado.

 

  • ¿A mano o a máquina? Los materiales delicados como el encaje, así como los abalorios, las plumas y otros adornos, es mejor lavarlos a mano. Consulte la etiqueta para estar seguro. En todos los casos, el agua fría es la temperatura más adecuada, ya que reduce el riesgo de transferencia de color y encogimiento, garantizando que tu lencería luzca mejor durante más tiempo.
    • Si se hace a mano: En un fregadero o lavabo, llénalo de agua y utiliza un detergente adecuado para prendas delicadas o lencería. Deja las prendas en remojo durante unos 30 minutos, luego frótalas suavemente y acláralas con agua dulce hasta que no queden restos de jabón. Exprime el agua sobrante sin tirar de ella. Puede utilizar una toalla para absorber la humedad adicional.
    • Si es a máquina: Cierra las cremalleras y los corchetes de los sujetadores antes de lavarlos para evitar que se estiren, se enganchen o se rompan. Para mayor protección, utilice una bolsa de malla. Elige el ciclo delicado y centrifugado bajo.

 

  • Opta por el aire fresco. La secadora no es aconsejable, ya que el calor podría dañar gravemente tu frágil lencería. En su lugar, cuélgala para que se seque o colócala plana en un tendedero.

 

  • Doma las arrugas. Si tu lencería tiene arrugas, una plancha fría aplicada al reverso de la prenda puede ser adecuada dependiendo de la etiqueta de la prenda. Si no, la vaporización suele ser eficaz y suave. Prueba con un vaporizador o cuelga la lencería en el baño mientras te duchas.

 

 

¡Eh! ¿Y los chicos?

Estos consejos se aplican a TODA la ropa interior delicada, ¡incluida la masculina! Así que, caballeros, si queréis que vuestros calzoncillos de seda sigan luciendo en todo su esplendor, no tenéis más que seguir estas instrucciones.

 

Para más consejos sobre el cuidado de su ropa y sábanas favoritas, visite nuestra sección especial sobre tejidos.

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